Inestabilidad del tobillo
Inestabilidad funcional del tobillo / inestabilidad crónica del tobillo / esguinces frecuentes de tobillo

La inestabilidad del tobillo implica dolor y sensación de inestabilidad en el tobillo. Los síntomas normalmente se producen como consecuencia de esguinces anteriores. La inestabilidad del tobillo aumenta el riesgo de sufrir torceduras de tobillo con más frecuencia.

La inestabilidad del tobillo se da en todos los grupos de edad. Es más frecuente en atletas que practican deportes de contacto, como el fútbol.

Descripción de la afección

La articulación del tobillo está firmemente sujeta por los ligamentos del tobillo y los músculos que lo mueven. Gracias a la función muscular interdependiente y a la fuerza que proporcionan los ligamentos del tobillo, éste se siente "estable". Por desgracia, esto puede cambiar si el tobillo está dañado.

En un esguince de tobillo agudo, el tobillo suele inclinarse hacia dentro, lo que provoca daños en los ligamentos laterales del tobillo. La rotura de los ligamentos del tobillo hace que sus extremos estén más separados. En consecuencia, las lesiones de los ligamentos del tobillo provocan una pérdida inmediata de estabilidad (fuerza) en el tobillo. Esto se conoce como inestabilidad del tobillo.

Diferenciamos entre inestabilidad de tobillo a corto plazo e inestabilidad de tobillo a largo plazo. La mayoría de las veces, la inestabilidad del tobillo es de corta duración. El cuerpo vuelve a recuperarse por sí solo, por ejemplo, tras un esguince de tobillo. Si las molestias duran más de 12 semanas, se produce una pérdida estructural de estabilidad y se habla de inestabilidad de tobillo a largo plazo.

La inestabilidad del tobillo que se prolonga más allá del proceso normal de recuperación debe dividirse en dos categorías. Existe inestabilidad funcional del tobillo e inestabilidad mecánica.

Inestabilidad funcional del tobillo
En términos de inestabilidad funcional, los ligamentos del tobillo se han recuperado bien, pero los músculos están demasiado débiles o reaccionan de forma deficiente. Esto significa que el cuerpo es incapaz de activamente proporcionar la fuerza adecuada al tobillo.

Los ligamentos del tobillo, los músculos y la cápsula articular contienen sensores que observan el movimiento del tobillo. Dado que así es como el cuerpo recibe información sobre los movimientos de la articulación, los músculos pueden reaccionar rápidamente si se está a punto de tropezar. Como consecuencia de una lesión de tobillo, estos sensores pueden dañarse y no funcionar tan bien, lo que hace que a los músculos les resulte mucho más difícil reaccionar rápida y correctamente si está a punto de sufrir un esguince de tobillo.

Inestabilidad mecánica del tobillo
En cuanto a la inestabilidad mecánica del tobillo, los ligamentos del tobillo no son lo suficientemente fuertes o no han cicatrizado perfectamente bien. Esta también se denomina laxitud (debilidad) de los ligamentos del tobillo. Como resultado, hay demasiada movilidad en la articulación del tobillo, por lo que éste permanece inestable.

Combinación
La inestabilidad del tobillo suele ser una combinación de inestabilidad mecánica y funcional. Los ligamentos del tobillo no se recuperaron bien o se han alargado demasiado debido a la inestabilidad mecánica. Como consecuencia, los sensores de los ligamentos del tobillo no pueden funcionar correctamente. Si esto no se entrena mediante rehabilitación después de un esguince agudo de tobillo, se desarrolla inestabilidad funcional.

Causa y origen

La inestabilidad del tobillo la suele causar un esguince de tobillo anterior. La inestabilidad del tobillo también puede ser el resultado de una anomalía congénita de las estructuras del tobillo que deberían proporcionar estabilidad. Sin embargo, no es lo habitual. La inestabilidad del tobillo a largo plazo se desarrolla en un 20% a 40% de las personas con un esguince de tobillo. Para evitar que se desarrolle una inestabilidad del tobillo a largo plazo, es importante tratar adecuadamente un esguince de tobillo.

Signos y síntomas

El dolor persistente o los esguinces frecuentes son los síntomas más comunes de la inestabilidad del tobillo. El dolor suele aparecer en la cara lateral del tobillo. Además, suele haber una sensación de inseguridad al caminar por terrenos irregulares y hay miedo de sufrir nuevos esguinces durante las actividades (deportivas).

Síntomas de inestabilidad del tobillo:

• Sensación de inseguridad en el tobillo al caminar y/o hacer deporte.
  
• Esguinces frecuentes de tobillo.
  
• Dolor en la zona que rodea el tobillo, normalmente en la parte lateral del pie.
  
• Sensación de inestabilidad en el tobillo al caminar por terrenos irregulares.
  
• Líquido en el tobillo después de un esfuerzo físico.
  

Síntomas de inestabilidad funcional:

• Alteración de la coordinación del tobillo.
  
• Pérdida de estabilidad del tobillo.
  
• Pérdida de fuerza muscular en el tobillo.
  
• Miedo al movimiento (no atreverse a soportar peso sobre el tobillo).
  
• Movilidad reducida en las demás articulaciones del tobillo y pie.
  

Síntomas de inestabilidad mecánica:

• Aumento de la movilidad del tobillo como consecuencia de la distensión de los ligamentos del tobillo.

Diagnóstico

El diagnóstico inicial se realiza a partir de una consulta con el fisioterapeuta. Este último preguntará por esguinces de tobillo anteriores y por la sensación de inestabilidad en ese momento. A continuación, se realizará una exploración física para determinar si existe una inestabilidad real del tobillo.

En el caso de la inestabilidad funcional del tobillo, se evalúa el grado de función muscular interdependiente, la coordinación y la fuerza muscular. La pérdida de coordinación y estabilidad puede medirse principalmente mediante pruebas en una pierna. El tobillo afectado tendrá más dificultades para estabilizarse y se cansará más fácilmente durante estas pruebas.

La inestabilidad mecánica puede determinarse principalmente si existe laxitud de los ligamentos del tobillo. Además, se examina la movilidad de cada articulación del pie y del tobillo.

Las radiografías o una resonancia magnética pueden ayudar a realizar el diagnóstico correcto. Estos exámenes adicionales se inician si se sospecha de otra lesión o para evaluar la calidad de los ligamentos del tobillo.

Tratamiento

El tratamiento de la inestabilidad del tobillo depende de los resultados de la exploración física y del grado de actividad del paciente. El tratamiento no quirúrgico (conservador) consiste en fisioterapia, uso de una tobillera y/o medicación. La medicación solo se utiliza si existe una inflamación que no desaparece con el reposo.

FisioterapiaLa fisioterapia consistirá siempre en una terapia de ejercicios dirigida a la coordinación, el equilibrio, la función muscular interdependiente y la fuerza muscular. Si se comprueba que el movimiento del pie o el tobillo está limitado, un fisioterapeuta puede tratarlo mediante la movilización de las articulaciones.

El objetivo del tratamiento es estimular una recuperación adecuada y prevenir los esguinces de tobillo de cara al futuro. Todo esguince de tobillo conlleva una mayor probabilidad de desgaste precoz de la articulación.

Tobillera
Se puede usar una tobillera para prevenir nuevos esguinces y principalmente durante las actividades deportivas. El uso de una tobillera es funcional y no supone una pérdida de estabilidad de la fuerza muscular a largo plazo. La tobillera puede utilizarse tanto en la inestabilidad mecánica como en la funcional del tobillo. Pero se aconsejará más una tobillera si la causa es una inestabilidad mecánica del tobillo.

Cirugía
En algunos casos de inestabilidad mecánica del tobillo, se puede considerar la cirugía. El cirujano ortopédico decidirá en consulta, con el paciente, si la cirugía es deseable. El grado de inestabilidad, la reacción inadecuada a tratamientos anteriores y el nivel de actividad del paciente desempeñan un papel importante en dicha decisión.

En cuanto al nivel de actividad; la ocupación y/o el nivel de actividad deportiva del paciente son los pilares más importantes. Los pacientes que se sientan para realizar su trabajo tendrán menos prioridad a la hora de operar que, por ejemplo, los soldados. Lo mismo ocurre con los deportistas de élite, que requieren un mayor uso del tobillo que las personas que practican deportes a nivel aficionado.

En caso de intervención quirúrgica, se reparan los ligamentos (laterales) del tobillo. El periodo de rehabilitación suele durar entre 5 y 9 meses antes de reanudar la práctica deportiva. Debido a este largo periodo de rehabilitación, los pacientes suelen optar por el uso de un ortesis de tobillo en lugar de la cirugía para evitar nuevos esguinces.

Ejercicios

Se recomienda el ejercicio para mejorar la estabilidad del tobillo. Siga el programa de ejercicios con ejercicios para la inestabilidad del tobillo.

Puede comprobar sus síntomas mediante el reconocimiento fisioterapéutico en línea o pedir cita en una consulta de fisioterapia de su zona.

Referencias
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